Relato | Olvidame



Siento un dolor que me oprime el pecho, creo que literalmente se me está rompiendo el corazón. No puedo abrir el armario porque solo ver su ropa me deja sin respiración. Todos me dicen que lo superaré, como si ellos supieran lo que se siente, me dicen que llegará un momento en el que reiré y me sentiré feliz al recordarlo pero yo aún me despierto de un sobresalto cuando estiro la pierna para tocarlo y no lo siento y lloro, lloro toda la noche, hasta que ya no me quedan más lágrimas. No me atrevo a tocar nada en la casa para así dejarlo todo tal cual como él lo dejó, sus zapatos están en el mismo sitio donde se los quitó, igual que la ropa con la que salió ese día, todo está en el mismo lugar, excepto él. 

Me levanté a tomar café para que la cafeína me ayude a disipar mi dolor de cabeza, el día del velorio mi madre preparó café, debí haberle pedido que no utilizara la cafetera, Richard era el único y el último en usarla, cuando me di cuenta de que mi madre posiblemente había borrado sus últimos rastros rompí a llorar, pero no pude explicar exactamente la razón, aún en ese momento de caos sabía que sonaría ridícula. 

—Cuanto te extraño, Richard. El café no sabe igual si no lo preparas tú, nada sabe igual de hecho —dije en voz alta, pero no pude continuar porque se me quebró la voz y no quiero llorar, seguro viene mi madre y se preocupará si ve que lloré, solo han pasado quince días, pero todo el mundo espera que después de quince largos días ya estés bien. 

*******

Hasta con la nariz y los ojos rojos se ve hermosa

—Vivian, yo también te extraño —lo dije en voz alta, aunque sé que no me puede escuchar. La observo moverse por la cocina, no parece tener conciencia de lo que hace, solo va de un lado a otro con pasos lentos, casi puedo escuchar el ruido de sus pensamientos, sé que piensa en mí, yo también pienso en ella. 

Al principio no sabía que me había pasado, desperté y ya nadie podía verme, poco a poco fui recordando todo. Ese día fui a la oficina y cuando regresé a casa estaba de mal humor, pobre Vivian, si hubiera sabido que ese día iba a ser mi último día junto a ella todo habría sido distinto, pero no lo sabía. Prácticamente no le hablé desde que llegué y luego un doctor le dijo que me dio un infarto mientras dormía. 

Sigo a Vivian a nuestra habitación, todo está como lo dejé, cuando estaba vivo me irritaba su sentimentalismo y varias veces se lo hice saber, pero ahora me parece muy tierno de su parte. 

—No me olvides, Vivian —le susurré al oído, ella no mostró señas de haberme escuchado o sentido, deseo de verdad que no me olvide, yo siempre voy a estar aquí con ella aunque ella no me pueda ver ni escuchar. Vivian se acostó en posición fetal en su lado de la cama, mirando hacia mi lado, yo me acosté en mi lado de la cama y le acaricié el rostro. 

—Escuchame, Vivian, por favor no me —pero no pude continuar porque Vivian comenzó a llorar, todo su cuerpo se sacudía y sus lágrimas salían de sus ojos a raudales, y entonces lo comprendí —En algún momento nos encontraremos de nuevo, pero ese momento no ha llegado y espero que no llegue aún. Por ahora olvidame, Vivian. Te amo —le susurré, después le di un beso en los labios y me fui, va a estar mejor sin mí y eso es lo que deseo de verdad. 

-LilianaG


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